martes, 6 de agosto de 2013

Cambio climático es el mayor reto para los productores

Cambio climático es el mayor reto para los productores

Fuertes heladas, lluvias torrenciales y sequías afecta seriamente a las zonas de producción
El cambio climático probablemente será uno de los mayores retos a los que deberán enfrentarse los agricultores mexicanos en el futuro. Y es que, de acuerdo al Gobierno mexicano, se espera que las heladas y los daños causados por la sequía sean cada vez más frecuentes e impredecibles en las principales zonas de producción. 
Durante los últimos meses, los problemas relacionados con el clima han causado enormes dificultades a los productores de frutas y hortalizas. Más de 2 mil hectáreas de tomatescalabazassandías y otros productos resultaron dañados por las fuertes heladas que tuvieron lugar en enero al norte del país. Por otra parte, lluvias torrenciales han afectado a los productores en la región de Guanajuato durante las últimas semanas.
 
A raíz de lo anterior, el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad de los Alimentos Agrícolas de México (SENASICA) está poniendo en marcha programas de apoyo para compensar a los productores y mantener los niveles de producción.
En declaraciones a PRA, Hugo Fragoso, integrante del SENASICA, dijo que “el impacto de las heladas y sequías es cada vez más frecuente y está ocurriendo de manera impredecible en las zonas de alta producción. Por esta razón, el Gobierno ha propuesto la implementación de programas de apoyo para compensar a los hombres y mujeres que trabajan en el campo y mantener los niveles de producción”.
 
Obviamente, el cambio climático no es el único reto al que se enfrenta el sector de frutas y hortalizas frescas en México, puesto que la seguridad alimentaria es una de las principales preocupaciones para los compradores internacionales cuando se trata de productos mexicanos.
Esta preocupación se puso de relieve en julio de 2012, cuando 105 personas en Estados Unidos y 80 en Canadá se vieron afectadas por un brote de salmonella vinculado a mangos provenientes del estado mexicano de Sinaloa.
Aunque Fragoso dijo que los temas de seguridad alimentaria no son responsabilidad directa del SENASICA, explicó que la agencia puso en marcha sistemas de reducción de riesgos de contaminación para asegurar que este tipo de problemas de seguridad alimentaria fueran eliminados en el futuro.
 
“A través de una iniciativa de prevención oficial, los sistemas de reducción de riesgos de contaminación se están implementando desde la producción inicial hasta el embalaje y transporte de frutas y hortalizas procedentes de México”, dijo.
Esta iniciativa, según indicó Fragoso, se centró en la reducción del riesgo de contaminación durante la producción de frutas y hortalizas, y cubrió 16 elementos, incluyendo el registro de la empresa, su historia pasada, el uso del agua, prácticas de higiene, la trazabilidad, la fertilización y el daño a la fauna silvestre, entre otros.
“Esta iniciativa nos permite reducir el peligro de contaminación microbiológica, química o física de los alimentos “, afirmó.
 
“Por otra parte, cuando se concreta una sospecha de contaminación, un plan de acción inmediato se pone en marcha para identificar el origen del producto en cuestión y reducir el riesgo de una mayor contaminación”, dijo.
Sin embargo, las plagas y las enfermedades siguen siendo un problema importante para los productores mexicanos.
De acuerdo a un informe publicado en el diario regional Cambio de Michoacán, aproximadamente el 50% de los productores de hortalizas en el estado de Michoacán han tenido problemas con plagas, principalmente con el psílido de la papa, que ha provocado importantes pérdidas en los cultivos de pimientopapatomate y ají.
 
Unas 14.612 hectáreas de productos sucumben a la plaga cada año, con pérdidas totales estimadas en más de US$24 millones anuales, debido a la pérdida de ventas y los salarios de los trabajadores.
Por otra parte, se ha informado que unas 4.800 hectáreas de plantaciones de cítricos han sido afectadas por el enverdecimiento de los cítricos en el sur del estado de Quintana Roo.
Sin embargo, Fragoso dijo que la mosca blanca y el psílido de la papa, las plagas más comunes para los productores de vegetales en Michoacán, no caen bajo la regulación del gobierno y por tanto eran responsabilidad del productor.
Pese a lo anterior, también dijo que SENASICA estaba trabajando en Quintana Roo para controlar el enverdecimiento de los cítricos, enfermedad que se ha detectado en 25 de los 920 huertos en la región, lo que equivale al 2.7% de la zona de producción.
Para limitar la propagación de la enfermedad, Fragoso dijo que se estaban aplicando controles químicos y biológicos de plagas para hacer frente a la presencia del psílido asiático, insecto que propaga el enverdecimiento de los cítricos.
 
 
julio 31, 2013  
fuente agro2.0


Grupo Dragon, Agroquimicos, Insecticidas, Herbicidas, Fungicidas, etc.

Cómo combatir las malezas resistentes

Cómo combatir las malezas resistentes

Cómo combatir las malezas resistentes

El manejo integrado, la alternancia de herbicidas y la rotación de cultivos contribuyen a reducir el impacto de la problemática. El monitoreo constante, la clave.

La soja transgénica y el paquete tecnológico de la siembra directa, introducidos en la Argentina a mediados de los 90, generaron un salto sin precedentes en la producción agrícola combinado con un paso significativo en materia de sustentabilidad. Sin embargo, en las últimas campañas, la presencia de malezas resistentes y tolerantes a los herbicidas es cada vez mayor.

“Este fenómeno obedece, entre otras cosas, a fallas en el manejo. Muchas veces las malezas van adquiriendo resistencia por la utilización de un solo herbicida o grupo de herbicidas; la mala aplicación por razones ambientales -como con rocío o previo a una lluvia- que provocan una baja absorción del principio activo; o el monocultivo”, explicó el Ing. Agr. Federico Elorza, Coordinador Técnico de Casafe. Y agregó que “la buena noticia, es que la mejor forma de combatirlas es justamente a través del manejo”.

Como primera medida, es importante diferenciar las malezas tolerantes de las resistentes. Las primeras son aquellas que naturalmente tienen la capacidad de sobrevivir a condiciones normales de aplicación. “En este caso, no se encontrarán lotes con individuos muertos e individuos vivos, sino que todos lograrán sobrevivir a una aplicación a dosis normal”, detalló Elorza. Por su parte, las resistentes son las que logran sobrevivir y reproducirse pese a la aplicación de un herbicida que controla efectivamente todos los demás individuos de la misma población.

Hoy, la problemática creciente responde mayormente a un aumento de frecuencia y tamaño de las poblaciones de especies resistentes. Entre ellas, las principales son la rama negra, el sorgo de alepo, el raigrás anual, el capín; el yuyo colorado y el nabón.

Para combatirlas, siempre hay que tener en cuenta que lo esencial es atacarlas de entrada. En ese sentido, son fundamentales los monitoreos constantes para detectar cuáles son las especies “problema” y a partir de ahí conocer la fecha y duración del período de germinación para definir una estrategia de manejo.

En el caso de especies con germinación concentrada, el especialista recomienda “esperar que germine todo y luego aplicar los herbicidas”. En tanto, en las plantas con germinación prolongada“ se deben aplicar productos residuales”, afirmó.

En el combate de las malezas resistentes es importante realizar un manejo integrado. Esta técnica implica la rotación de los principios activos de los herbicidas para minimizar la presión de selección; hacer barbechos tempranos; monitorear los lotes para seguir el estado de desarrollo de las malezas; utilizar activadores en las aplicaciones de herbicidas; considerar las malezas desde el comienzo; y evitar la diseminación de semillas de malezas con cosechadoras y demás maquinarias.

En cuanto a los herbicidas a utilizar para ampliar el modo de acción, entre los pre-emergentes pueden ser los inhibidores de PPO (ProtoPorfirinógeno Oxidasa) (sulfentrazone, flumioxazin); triazinas; y acetanilidas. En tanto, entre los post-emergentes los más usuales son el glufosinato de amonio (para maíces resistentes a este herbicida) y los herbicidas hormonales.

“Tenemos que concientizarnos que las malezas resistentes llegaron para quedarse. Por eso, para luchar contra ellas, no hay que olvidarse de una práctica agronómica básica pero fundamental: la rotación de los cultivos, algo que no sólo redundará en el manejo de esta problemática sino que es clave para la sustentabilidad ambiental y productiva”, subrayó Elorza.

por Ing. Elorza
30 de julio de 2013
fuente on24.com.ar


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